02 octubre 2006

Pensamientos de piedra: querido amor.









Querido amor, quisiera pensar que tus oídos, hechos ahora, de viento y espuma pueden escuchar mis palabras. Solo tú, que te encuentras sumergido en algún lugar entre la tierra y el aire, eres capaz de comprender lo que digo.
Desde que te fuiste, a ese mundo desconocido, formado de profundidades y luz, no soy capaz de vivir esa vida que con constancia e ilusión habíamos tejido los dos.
Me he vuelto sorda por fuera y solamente puedo escuchar, constantemente, la llamada del mar.
Sé, que esta separación no puede ser definitiva. Que no me as dejado sola, abandonada y sin ti. Sé, que por mucho que digan los demás, en algún sitio, tú, esperas ansioso a que pueda reunirme contigo.
En este lugar donde me encuentro, desde donde diviso las aguas azules donde duermes, escucho constantemente el loco parlotear de las gaviotas que me traen un mensaje, que no soy capaz de descifrar. Nuestros lenguajes se han confundido y me cuesta mucho, mucho... poder comprender el tuyo.
He vestido mi cuerpo de un negro profundo, fiel reflejo del corazón que llevo dentro. Poco a poco se ha ido secando y endureciendo, por tu ausencia, hasta quedar atrapado en un material extraño llamado piedra. Me sería imposible dejar que mi cuerpo volviera a vestir el rojo de la pasión, o el verde de la esperanza, o tal vez el blanco de la inocencia. Todas esas cualidades han muerto en mí.
Sin ti, mi vida se ha pintado de unos colores desconocidos y diferentes que yo hasta ahora no sabía que pudieran existir.
Dentro de mí hay un vacío tan desolador que no me puedo explicar como todo parece seguir funcionando, a mí alrededor, igual que antes.
Querido amor, sé que ahora tu cuerpo y tus palabras y tus sentimientos son diferentes y yo lucho constantemente por comprenderlos y por llegar hasta ti. Y a veces cuando el viento azota con toda su fuerza y grandiosidad el acantilado, creo descifrar palabras que suenan a ti...
También te percibo entre la espuma que rompe en la playa. La estela blanca de sus caprichosas formas y arabescos, son la son la escritura, el mensaje cifrado de tus dedos de agua, deja escrito en la arena, para mí.
Ya no puedo llorar más por ti. Me niego a que mis lágrimas, hechas de agua y sal, sigan aumentando el inmenso caudal de este mar. No deseo que siga creciendo para acoger dentro de sí a otros que como tú, sienten la irresistible fascinación de esos mundos diferentes...
Querido amor, cuando el sol cae implacable sobre mi cuerpo seco y mi sombra se proyecta sobre ese mar, siento tus dedos de agua recorrerme despacio y tus abrazos son tan fuertes y audaces, como las embestidas de las olas que vienen a morir contra la roca que piso.
Querido amor, desde que te fuiste, hace ya tanto tiempo que ni siquiera lo puedo recordar; puedo vivir, aquí, quieta. Solamente para esperarte.
Dejando que mis ojos espíen el horizonte noche y día, sin descanso, y se vuelvan poco a poco, más ausentes... más lejanos.
Querido amor, no puedo apartarme ni un instante del lugar donde te dije adiós y donde mis oídos escucharon, por última vez, tu voz convertida en sonidos de sirena lejana. Por eso, los que me aman, los que saben cuánto nos hemos amado, han construido para mí este lugar donde estar. Donde poder esperarte en todo tiempo...
Querido amor, estaría hablándote durante siglos para acunarte y acompañarte en ese lugar en donde estás. Mis pensamientos de piedra, igual que mi amor por ti... Son eternos. Pero hasta que este moderno suplicio de Tántalo no termine, hasta que no pueda fundir mi piedra con tu agua. Seguiré aquí, erguida, viendo pasar frente a mí los días y los años, sin poder nunca llegar a tocarte.
Querido amor sé que un día regresarás a mí y, aunque vengas vestido con ropajes diferentes, yo... te reconoceré y tú desearás quedarte por siempre junto a esta estatua, vestida de negro, que sin cesar otea el horizonte lejano...
Querido amor... siempre.

Lola Bertrand

3 comentarios:

Anónimo dijo...

he disfrutado enormemente tanto el texto como las fotos, Lola soy Mariem

Anónimo dijo...

Una historia bellísima, me ha emocionado.
No me conoces soy un caminante de la red...
Volveré . Ánimo.

Anónimo dijo...

Soy Teresa, Lola y me ha pareceido una historia muy emocionante; todo el blog, y las fotos me parece estupendo.
Besos teresa