QUIZÁS SE OLVIDÓ...

Quizás se olvidó, o le olvidaron, por que el paso del aire vuelve las horas grises, y sin embargo comprueba que en las plantas de sus pies, aún quedan semillas verdes.
Olvidó que detrás de los espejos hay mentiras que envuelven terciopelos, y que su cara pende en el abismo de los días, devolviéndole ecos de mi misma.
Alguna vez se acarició la piel, soñando que le amaban; ahora contempla las arrugas que, sinuosas, fluyen a través de su mirada…

Quizás se olvidó de expandir la fuerza de su cosmos interno, y ahora le ahogan las palabras, y siente los días como nudosas manos que le ofrecen olvidadas facturas, aferrándose a mentiras teñidas de imposibles.
Y siente un miedo cerval a que nadie le reconozca, dentro de un cuerpo que no le pertenece…
Cuántas veces se fundió en el hielo, desoyendo voces, aquietando manos que abrasaban; cuántas corrió paralelo a la locura, bordeando efímeros placeres de humo y deshilvanadas sombras…
Y se bañó en el iris dormido de otros cuerpos, intentando rescatar su esencia…
Quizás se olvidó…
Tal vez siempre llegó tarde a ninguna parte, y ahora, se encuentra, rodeado de todo, con la nada…

Lola Bertrand